Javier Contreras, estudiante de periodismo y fotógrafo emergente, apuesta por una vida creativa y auténtica, lejos de los moldes tradicionales y cerca de lo que realmente lo hace feliz.
Por Maite Esnaola

Entre cámaras, música y un sueño propio
Con 19 años, a punto de cumplir 20, Javier Contreras, estudiante de Periodismo, fotógrafo emergente y creador audiovisual, tiene clara una meta: construir un camino auténtico en el mundo creativo.
“Si pudiera dedicarme a algo sin importar el dinero, sería algo relacionado con la música o algo artístico”, afirma. “Me encanta producir, editar, grabar, todo lo que tenga que ver con cámaras y sonido”.
El sueño: trabajar con gusto, no solo por dinero
Desde pequeño, Javier tenía un deseo que hoy sigue intacto: disfrutar lo que hace.
“Lo mejor que podí hacer es disfrutar las cosas que te gustan. Cambiar la rutina si estás aburrido”, comenta.
Aunque valora el propósito, también mantiene los pies en la tierra.
“Lo que más me daría miedo es estar cesante. Al final, con la plata se baila todo”, reconoce con sinceridad.
Pasiones simples, vida real
Música, gimnasio, amigos y momentos tranquilos en su pieza. No necesita lujos para sentirse vivo.
“Prefiero juntas piolas, cosas simples. Disfruto salir, moverme, estar solo o acompañado”.

Construir su propio espacio en internet
Javier tiene claro dónde quiere estar: cerca de las redes, pero lejos de la televisión y de la exposición extrema.
“Quiero tener una marca propia, manejar mis tiempos, tener mi nicho. No me llama la atención estar en la tele o que me conozcan todos”.

La huella que quiere dejar
Más que éxito tradicional, Javier busca impacto humano.
“Quiero que me recuerden como alguien con quien puedan contar, real, que trata de alegrar a la gente y que se la banca”.
Su visión refleja una generación que apuesta por la autenticidad por sobre la aprobación, y por el bienestar por sobre la presión social.
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