A 51 años del golpe, Gabriel Boric lideró los homenajes en La Moneda, destacando la importancia de la memoria histórica para proteger la democracia en Chile.
En una nueva conmemoración del golpe de Estado de 1973, Chile se divide entre la conmemoración y el recuerdo, mientras figuras políticas destacan el legado de Salvador Allende y el impacto de esa fecha en la historia del país.
Este 11 de septiembre se marca una nueva jornada de conmemoración del golpe estado de arremetió contra el gobierno del expresidente Salvador Allende Gossens en 1973. A 51 años de la fecha los homenajes en su nombre vuelven a tomar protagonismo con actos conmemorativos desde el palacio de la Moneda y discursos que rememoran el último mensaje de Allende emitido por radio Magallanes en el que expreso -“Seguramente esta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. Mi palabra no tiene amargura sino decepción. Seré el último en salir de La Moneda.”-
El actual presidente de la república Gabriel Boric, encabezo la ceremonia principal, señalando “Yo quiero decir desde acá, no a él en particular, sino a todos los chilenos y chilenas, que la muerte, la desaparición, el exterminio de compatriotas por pensar distinto, el término de la democracia y el bombardeo de su símbolo principal, que es La Moneda, nunca es la única alternativa”.
Voces del pasado: Agusto Pinochet y su visión del golpe estado
Por contra parte las palabras de Agusto Pinochet siguen sonando en el análisis histórico de ese dia. En su primer discurso luego del atentado Pinochet justifico que que el golpe fue una medida necesaria para salvar a Chile de los que el consideraba que seria un colapso “Las Fuerzas Armadas y de Orden han actuado hoy, únicamente movidas por el patriotismo, para poner término al caos y evitar el establecimiento de un régimen totalitario marxista”
A medida que se conmemoran 51 años del golpe de Estado, el país sigue profundamente marcado por los eventos de 1973, que cambiaron la historia de Chile. Las palabras del presidente Boric, que resaltan la importancia de la memoria histórica, contrastan con la visión de Pinochet, quien justificó el golpe como una medida patriótica para salvar al país del caos. Esta dicotomía refleja una nación dividida en cuanto a cómo recordar su pasado, con sectores que buscan justicia y memoria, y otros que prefieren dejar atrás estos episodios.
En este contexto, el claro desafío que enfrenta Chile actualmente es claro: encontrar el equilibrio entre el reconocimiento de las heridas y sufrimiento del pasado y la construcción de un futuro común. Las conmemoraciones anuales no solo buscan rendir homenaje a quienes sufrieron bajo la dictadura, sino que también busca enseñar a las nuevas generaciones sobre la importancia que tuvo este suceso en la historia chilena y sobre la democracia y los peligros del autoritarismo. La historia sigue viva, y el legado de figuras como Salvador Allende resuena con fuerza en el imaginario colectivo, mientras el país busca avanzar sin olvidar las lecciones del pasado.