Por Marcelo Oliva
El presidente Gabriel Boric anunció ante la Asamblea General que nominó a la exmandataria como candidata a Secretaria General de Naciones Unidas, subrayando su experiencia internacional y la necesidad de un liderazgo femenino.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU el 23 de septiembre de 2025, el presidente Gabriel Boric confirmó que Michelle Bachelet será la candidata chilena para suceder a António Guterres como Secretaria General del organismo. El mandatario destacó que, con su trayectoria y compromiso, representa un liderazgo clave en tiempos de polarización global y urgencia en derechos humanos

El anuncio se realizó en Nueva York, con la propia Bachelet presente en la sala del pleno. Boric recalcó que “es el tiempo de América Latina y el Caribe” y enfatizó que la ONU necesita “una mujer al mando tras 80 años de liderazgos masculinos”.
La nominación fue recibida con aplausos por parte de la delegación chilena y con atención de los medios internacionales, que inmediatamente destacaron el peso simbólico y político de la candidatura.
Michelle Bachelet reaccionó calificando la nominación como “un honor”. Subrayó que conoce de cerca el funcionamiento de Naciones Unidas, gracias a su experiencia como expresidenta de Chile, directora de ONU Mujeres y Alta Comisionada para los Derechos Humanos. En sus palabras, esas trayectorias la preparan para asumir un desafío de escala global.
En marzo de este mismo año, durante la conmemoración del 30º aniversario de la Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing, Bachelet ya había deslizado la posibilidad de postularse. “Estoy pensando… Quizás voy a ser candidata a la Secretaría General”, había dicho entonces, en una conversación pública en la Universidad de Columbia
Expertos diplomáticos consideran que la candidatura de Bachelet tiene múltiples fortalezas: su carrera internacional, su rol como puente entre países del norte y del sur, y su amplio trabajo en derechos humanos y equidad de género. No obstante, el proceso no será fácil. La decisión final depende del Consejo de Seguridad de la ONU y del consenso entre las principales potencias, donde confluyen intereses políticos y estratégicos.
En Chile, la postulación ha generado un inusual clima de consenso político. El vicepresidente Álvaro Elizalde la calificó como “una oportunidad histórica” e hizo un llamado a la unidad de todos los sectores para respaldar a la exmandataria. Distintas figuras de la oposición también expresaron apoyo, destacando el prestigio internacional de Bachelet.
De resultar electa, Bachelet sería la primera mujer en ocupar la Secretaría General de la ONU y la segunda persona proveniente de América Latina en asumir ese cargo. Para Chile, su designación significaría una mayor visibilidad en el escenario internacional y un impulso en debates claves como la equidad de género, la paz global y la representación regional.
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